La innovación es utilizada para generar y aplicar el conocimiento, desarrollar nuevos productos y servicios, nuevos modelos de negocio y, por tanto, obtener resultados comerciales. La innovación convencional o “cerrada” utiliza recursos, procesos y conocimientos propios, es decir interno a la empresa. En este caso, la organización mantiene la propiedad intelectual desarrollada ajena a la investigación. Sin embargo, al implementar este modelo, generalmente, el conocimiento generado internamente es incompleto y en ocasiones no es capaz de llegar al mercado al no satisfacer las necesidades o requerimientos, como lo es el tiempo ya que cuando la innovación toma demasiado tiempo, el conocimiento se vuelve obsoleto o las prioridades comerciales cambian. Hoy en día, la contribución de fuentes externas es fundamental debido a la rápida evolución de la tecnología a nivel mundial.
Es por lo anterior que la innovación abierta busca la cooperación externa, es decir aportar nuevas ideas, tecnologías y competencias. Esto a través de proveedores, patentes publicadas, competidores, centros de investigación, startups e incluso clientes para impulsar el proceso de innovación y desarrollar propuestas dentro de la propia organización. Esto con el fin de recibir nuevas ideas, tecnologías y competencias. Entre las ventajas de la innovación abierta se encuentran:
- Menor inversión económica.
- Obtención de nuevos talentos tanto internos como externos a la empresa.
- Para liderar ante la competencia, no es necesario ofrecer las mejores ideas, sino aprovechar al máximo todas las ideas. Es decir, desarrollar un mejor modelo de negocio es más importante que ser el primero en el mercado.
- La innovación no tiene que ser creada para beneficiarse de ella. Se pretende generar una ventaja competitiva y ganancias por parte de otros utilizando su propia propiedad intelectual y la empresa adquiere la propiedad intelectual de terceros.
- La innovación puede estar enfocada en un mercado meta, así como abrirse a nuevos mercados.
- El equipo de trabajo puede seguir con sus responsabilidades habituales y ante ciertos cambios que surjan, no son lo suficientemente demandantes como para hacerles caer bajo presión.
- Se obtienen resultados rápidos sin la necesidad de demandar más esfuerzo de parte de los empleados y colaboradores.